sábado, 4 de noviembre de 2023

Por estos días en 1993, hace 30 años allá en Córdoba. El inicio del origen.






                                                                     4 al 6 de noviembre de 1993

Por estos días en 1993, hace 30 años allá en Córdoba. El inicio del origen.

 

Allá por el año 1993 en el mes de julio me entero de que por noviembre del mismo año se realizaría un encuentro de recreación en la ciudad de Córdoba, Argentina.

El mensajero de dicho evento fue el pedagogo Mario Kopquin, con quien nos conociéramos en un curso sobre actividades recreativas y discapacidad que él mismo dictó. 

Con apenas 23 años y con toda la fuerza, esperanza y convicción de crecer y transformar me plantee sin titubear participar de dicho encuentro. Entre idas y venidas de llamadas por teléfono- no celular- me comunique con la organización. Por lo menos fueron tres llamadas que sinceramente no me dejaban muy clara ni la dirección, ni tampoco el sentido del encuentro y demás detalles. La ansiedad provocada no opacaba las ganas y mucho menos la convicción de estar allí. Obviamente las condiciones estaban dadas para mi participación en el encuentro, cosa esta que después de un largo tiempo pude darme cuenta. Pensándolo desde la perspectiva comunicacional de hoy claramente era una casi quijotada el viaje. Entiéndase que en aquellos tiempos no había una web a la cual acceder, ni tampoco fluidez en el uso de los correos electrónicos. ¡¡¡El encuentro no tenía dirección de correo!!!

Para el viaje invite a mi amigo y compañero del Grupo Recreándonos (llamado así en aquellos momentos) Gabriel Rodríguez que sin dudarlos me dijo” vamos juntos”.

Con compañía y fuerte amistad me sentí mucho más seguro y convencido de viajar y conocer que se decía y que se hacía en Recreación a más de mil kilómetros de distancia. Ferméntales y altamente disfrutables fueron sin lugar a dudas las reuniones que mantuvimos con Gabriel y las y los demás compañeros de Recreándonos, preparando un viaje extenso al centro de un país gigantesco.

Viajar dependía ya no solo de las ganas y la convicción de ello, debía poder convencer en mis lugares de trabajo que me dieran esos días libres. O sorpresa no fue nada complicado. En esos tiempos trabajaba en Recreándonos, dando talleres, también en el primer Centro Juvenil de la Intendencia de la Ciudad de Montevideo como Recreador y encargado de área de recreación y tiempo libre, y en la Escuela EYTAC, un centro educativo para niñas, niños y adolescentes con discapacidad y patologías mentales muy diversas.

Sin dudas mi participación no era solo ya por el gusto de estar en el encuentro en Córdoba, sino que se hacía necesaria. Todas mis actividades estaban situadas en el ecosistema de lo lúdico, lo colectivo y de la Recreación.

Tanto Gabriel como yo recibimos a parte de los permisos en nuestros lugares de trabajo, apoyos desde lo afectivo como en lo económico para poder estar allí, cosa esta por la cual estaré por siempre agradecido.

Entre las dudas que tenía una era muy importante, no teníamos donde quedarnos a dormir y vaya a saber por que no pensamos en la opción de un hotel o una pensión, claramente la inexperiencia galopeaba. De todas formas, la solución llegó, cargamos mi carpa canadiense para tres personas hecha de hule y rejilla con la idea que alguien nos diera la oportunidad de armarla en algún jardín o terreno. ¡¡¡¡Que ingenuidad, que linda época!!!!

Llegó el día 2 de noviembre de 1993, a las 18 horas partía el ómnibus de la empresa CORA (ya no existe) hacia la ciudad de Córdoba. Estaba previsto una duración de 16 horas de viaje, por lo cual me arme de un walkman y dos revistas para ir matizando con el probable sueño y las conversaciones con Gabriel. Demás esta decir que nunca me dormí, nunca lei las revistas y exprimí las pilas de tanto escuchar tres veces el mismo cassette. Ni que decir todo lo que charlamos con Gabriel, sobe todo tratando de hacernos una idea de adonde íbamos y que nos encontraríamos.

El viaje era toda una novelería y a tal punto que nos fueron a despedir: mi madre Nelis, mi hermana Rosario, mi novia Mónica y un amigo común con Gabriel Carlos Montemurro.  ¡¡¡¡¡Que felicidad!!!!

Yal fin el bus salió. Casi pasada la mitad del viaje nos hicimos compinches con un señor en el bus. Conversado con él y preguntándole detalles de la ciudad de Córdoba ya que viajaba a menudo por trabajo, este señor nos dijo que conocía la Vieja usina y que él pasaría en un taxi por el lugar, que subiéramos a otro taxi y le dijéramos que lo siguiera.

Llegamos a Córdoba, a la terminal vieja, nos subimos a un taxi al cual le dijimos “siga a ese taxi”. Realmente me sentí en una película yanqui de detectives.

Íbamos a la Vieja Usina, esta se ubicaba en una ¡¡¡Rambla!!!!

Rambla lo que es rambla para nosotros era la costa del Río de la Plata, hasta ese entonces no tenia ni idea que a toda costa de río sea del tamaño que sea se le denominaba así.

Era la rambla del gran Rio Suquía, el cual nos habían dicho era grandioso.

Llegamos a la Vieja Usina con el mate y termo, con nuestros bolsos y con la carpa el día 3 de noviembre, sin conocer a nadie, sin saber dónde nos íbamos a quedar, sin mucha plata cambiada. Me presenté en la oficina de la organización me di a conocer con una chica que le avisó a otra: llegaron los uruguayos. Por cierto, ahí me di cuenta que las llamadas echas habían tenido bastante más éxito de lo que yo pensaba. Salimos de la oficina un tanto nerviosos y en eso una de las chicas sale a buscar a uno de los organizadores: Pablo Ziperovich. Pasan unos minutos y allí aparece el gran y pequeño a la vez Pablo. Nos presentamos y creo que en 5 minutos ya nos dimos cuenta de que había una conexión, un sentir afectuoso que sin dudas quedo para siempre. Pablo se va y quedamos en el medio de una gran explanada sin saber a donde ir, en eso pasa Andrés hijo de Pablo, debe haber sido tan desgraciada nuestra imagen que se acercó y nos preguntó si precisábamos algo. Le dijimos casi al unísono: lugar donde armar la carpa. Creo que nos vio tan desesperados que nos dijo esperen un momento ya vengo. Apareció a los pocos minutos y con una cara de ternura y de casi lastima, nos dijo: “hable con mi padre y pueden quedarse en el atelier de mi hermano Claudio, que queda en el fondo de la casa de mi viejo”. Nuestra sorpresa fue tremenda no nos conocían y nos estaban ofreciendo un lugar en su casa, ¡¡¡¡impresionante!!

De ahí en más todo fluyo de tal forma que casi parecía que habíamos estado siempre por Córdoba. El Encuentro comenzó y en él conoc a Pablo Waichman, a Gustavo Coppola, a Gabriel Álvarez y a Graciela Scheines con quien conversé y me dejo más que atónito con todo lo que me contó.

Entre mates y mucha prosa en la casa de Pablo Ziperovich construimos con él y su familia una fuerte, creativa y cariñosa relación. A tal punto eran nuestras coincidencias que Pablo dirigía un grupo denominado “Recreando” y yo coordinaba “Recreándonos”

Lo mismo me sucedió con Pablo Waichman, hubo una conexión inmediata. Cuando lo escuché por primera vez estaba sentado detrás de una mesa fumando pipa abriendo su conferencia con la frase “el tiempo libre no existe”, sin dudas estaba mal de la cabeza este señor. Culminada su presentación me presente y le plantee mis discrepancias, ¡ja!

 ……….de ahí en más lo que sabemos: la fundación del FORO PERMANENTE DE TIEMPO LIBRE Y RECREACIÓN, en las mesas del Bar Río de Oro, en el barrio Belvedere en octubre del año 1995………..


RECREARSE es lo que debemos recordar como inicio del origen de lo que somos, de lo que nos reta como colectivo potente, contradictorio, alegre, precioso.





                 

 
Salute compañeras y compañeros por siempre!!!!!!

Fabian Vilas Serna

1 comentario:

etrnauta dijo...

Superinteresante la mirada de los orígenes.
X esa época andaba de regreso de cuba mochileando

Presentación: "Entornos Lúdicos, Praxis en Movimiento"- 25/4/2024 Universidad de la Laguna- Tenerife- España

  Presentación: "Entornos Lúdicos, Praxis en Movimiento" Seminario SIPS en la Universidad de la Laguna, Tenerife, España