Por tanto la Pedagogía del Acompañar se sostiene y desarrolla desde una forma flexible y creativa de entender y vivir el proceso de aprendizaje social enmarcado en el vínculo y las relaciones de cercanía.
En este
proceso se implican participantes, educadores y educadoras que son objeto y sujeto
del mismo, cada uno ubicado y ubicada en y desde su propio rol.
En la tarea
cotidiana del educador, la educadora la Pedagogía del Acompañar es posible desarrollarla
en la medida que exista el convencimiento ideológico y político que es posible
lograr cambios y mantenerlos a lo largo del tiempo.
Las características de dicha pedagogía son:
·
Generar y sostener condiciones y estéticas.
El ámbito inherente al ser humano es el grupo, nacemos, crecemos y vivimos
en diferentes grupos, no deberían existir por ello contextos de
aprendizaje que no estén enmarcados en el desarrollo del ámbito grupal. Esto implica que los y las integrantes del mismo
puedan acceder a diferentes elementos y herramientas que constituyan un esquema
de referencia para desarrollarse en los distintos ámbitos de lo cotidiano.
Generar y sostener condiciones de aprendizaje grupales implica una actitud
de apertura desde del rol del educador y la educadora hacia las y los participantes de ese grupo
respetándoles y propiciando su participación activa.
Los ejes fundamentales a trabajar en el ámbito grupal serán la
comunicación, el conflicto y el ambiente democrático y afectivo.
El trabajo desde
lo grupal determina una estética espacial y vincular que está atravesada directamente
por los limites posibilitantes y lo lúdico. Aspectos estos que habilitan y posibilitan
nuevas formas de leer la realidad y de vinculo de los sujetos con el entorno
que les rodea.
·
Acompañar
procesos y situaciones.
El desarrollo de la capacidad
creativa de las y los participantes en el proceso de aprendizaje apunta a la
construcción de alternativas y caminos diversos que les permitan afrontar los
diferentes desafíos de la vida cotidiana. Este proceso de descubrimiento individual, intimo por parte de las y los participantes debe ser acompañado por todo educador, educadora
de manera que se sientan el sostén y la compañía en sus incursiones
en situaciones distintas y desconocidas. El respeto a la diversidad y se transformará en un valor primordial en estas experiencias.
Promover esta actitud pasa por un gran respeto a la diferencia, no definida
como una relación de superioridad- inferioridad, o como un rasgo inferiorizante
que me afirme a mí por la oposición al otro, sino como la oportunidad de
descubrirme en mi relatividad cultural y en mi carácter de constructor y constructora social.
Todo acto socioeducativo necesita de un educador, una educadora que entiendan su tarea como un acompañamiento constante a quienes participan y que al mimo tiempo se encuentran en un devenir transformante. Es relevante la perspectiva de dejar ser y desarrollarse por trayectos donde se generarán acuerdos, conflictos y frustraciones en el proceso de vínculo educativo. Hablamos aquí concretamente del vinculo entre el equipo educador y quienes son participantes. Es en este momento donde se debe tener claro las diferencias entre el acompañamiento y el acompañar que planteamos como particular y superador. Proponemos otra mirada socioeducativa que constituye al acompañar como un método, con un pensamiento y discurso pertinente y coherente, articulando lo que podemos dar y lo que el educando está brindando en el inmediato vínculo educativo.
Es así pues que la pedagogía del acompañar se desarrollará necesariamente desde el despliegue del rol
del educador y la educadora a partir de los siguientes criterios:
Ø Rigor
metódico
Ø Conocimiento
del otro y del contexto
Ø Respeto al
saber del otro
Ø Saber
escuchar
Ø Predicar con
ejemplo
Ø Reflexión
crítica de la práctica
Ø Ética y
estética en el vínculo educativo.
Ø Compromiso
Ø Sentido de
equipo
·
Aplicar
acompañando.
El desarrollo de la pedagogía del
acompañar está fundamentado en la aplicación de herramientas que propicien un
proceso libre, enriquecedor y placentero. La apuesta es trabajar desde una
estrategia que apunte al desarrollo de aptitudes y a la modificación de
actitudes.
La
aplicación de estas herramientas tendrá su sentido en la medida que cumplan con
la tarea de acompañar y generar las condiciones de aprendizaje. Cada una de
estas tendrá su objetivo y su forma por lo cual deberá ser planificada teniendo
en cuenta las características de cada uno de los educandos y del colectivo que
conforman.
Un punto a
destacar de esta mirada pedagógica es la evaluación y la forma de realizarla.
Es muy común no detenernos en el registro de los elementos que van surgiendo en
el correr del proceso educativo sobre todo en lo que respecta a lo vivido y a
lo que sienten que aprendieron los educandos y educadores y educadoras. Es importante que
cada equipo educador se planteé estrategias de evaluación que contemplen estos
aspectos y obviamente la opinión de los participantes y sus entornos de convivencia.
Fabián Vilas Serna.- 2021