REVISTA PRIMERA PLANA- 06 de julio de 1966
LA OPINIÓN PUBLICA
Por Enrique Pichón - Riviére *
Sin diálogo no hay conciencia.
(SÓCRATES.)

La opinión pública es para un periodista —técnico de la información— el campo
hacia el que apunta su acción. Aunque el manejo de la opinión se ajusta a las exigencias
de sistemas filosóficos y de fluctuantes aspiraciones políticas, el problema
gira siempre sobre dos ejes: a) naturaleza de la opinión, y b) señalar el rasgo
capaz de convertir en "pública" una opinión determinada. Hay estrecha
relación entre las nociones de actitud y opinión. Se podría definir a la
primera como la expresión verbal o no de actitudes, siempre que se dé en una
situación de controversia, es decir, cuando no existe unanimidad de actitudes
acerca del mismo valor social.
El ámbito complejo de la opinión pública debe ser desglosado en varios campos,
por ejemplo: 1) qué es una actitud; 2) de qué manera una actitud se transforma
en opinión y cómo ésta llega a tener carácter público. Progresivamente la
inofensiva idea de "opinión pública" se ha transformado en uno de los
sectores de investigación más ricos y necesitados, sobre el cual converge el
interés de todas las ciencias sociales.
El esquema de la escuela francesa, que da la dirección de la investigación,
interpreta el fenómeno de opinión como la adhesión a fórmulas determinadas,
como una actitud que puede ser evaluada según una escala. Los estudios sobre
opinión tratan de delimitar el concepto, definirlo como fenómeno social,
investigando el medio de donde emerge, estudiar su influencia en los contactos
sociales que se establecen entre los grupos de diferentes ideologías y elaborar
técnicas adecuadas para su investigación. De un análisis comparativo de los
conceptos de eficiencia, duda, rumor, surge que la opinión es un juicio que el
hombre formula para evadirse de la duda, pero cuya motivación se relaciona con
otros problemas que son desplazados sobre él.
De todas maneras, el objeto al que se dirige la opinión aparece como oscuro, y
la inteligencia no se aferra a él como la certeza. Por eso la adhesión a la
opinión no será total, ya que el miedo a errar por una mala elección está en el
centro mismo de la cuestión. Y aunque ese temor permanezca implícito, la
opinión está siempre rodeada de miedo, lo que no sucede en la certeza. La
función operativa de la opinión es arrancar al sujeto de la inquietud de la
duda y darle reposo con la creencia de que está en lo cierto.
Cuando la opinión se convierte en adhesión total, en virtud de una necesidad de
superar la incertidumbre, se llama convicción. Teniendo ya definido objeto y
función de una opinión podemos detectar la forma en que ésta se hace pública.
Para algunos, alcanza esta categoría cuando es manifiesta; para otros, lo
público es un concepto sociológico utilizado para discriminar un grupo desorganizado
de características especiales. La opinión es pública bajo las dos acepciones,
porque tanto su objeto como su sujeto deben ser públicos en los dos sentidos
señalados. El sujeto está constituido por el conjunto de personas que mantienen
su opinión y que creen que otros piensan como ellas. El que opina públicamente
y forma opinión pública sustituye el yo por el nosotros con la conciencia de su
pertenencia a un grupo, de un estar incluido en un mismo contexto con los que
tienen idéntica opinión aunque no los conozca.
El sujeto de la opinión pública coincide con lo que en sociología conocemos
como público y que designa a un grupo de características especiales carentes de
organización. Todo público tiene un motivo polarizador que lo define y
convierte a sus individuos en miembros. Lo importante es subrayar que no es
necesario, para sustentar una misma opinión, ningún tipo de organización: sólo
se requerirá que haya un rasgo en común entre aquellos que por distintas vías
llegan a emitir la misma opinión. Esto no implica que el sujeto de opinión no
pueda formar grupos más o menos organizados que faciliten la organización.
El objeto de la opinión pública ha de ser manifiesto y notorio, el contenido de
la opinión pública es el mismo que el de la opinión en general, pero adquiere
su carácter público al ser conocida por muchos. El objeto de la opinión debe
ser expandido y ésta es la función de la propaganda; requisito indispensable
para lograr opinión es el conocimiento del hecho opinable.
Se podría resumir que las condiciones para la existencia de la opinión pública
son las siguientes: a) objeto sobre el que se pueda opinar, en controversia,
conocido y que despierte el interés de muchos; b) conjunto de personas que
opine lo mismo y tenga conciencia de esta situación de coincidencia; c) esto da
como resultado que cada sujeto, al conocer la opinión de los demás, se exige su
propia opinión de alguna manera, directa o indirecta; d) la opinión implica una
toma de posición frente a otras posiciones. En su esencia misma está la
discusión.
* Copyright by PRIMERA PLANA